Lazaroni por Tele Santana, el inicio del fin de Brasil

Artículo de 1990 sobre Brasil. Cuando Brasil empezó a jugar con líbero.


El día que Brasil apostó por técnicos como Sebastiao Lazorini antes que por técnicos como Tele Santana, el mítico entrenador de aquella constelación de estrellas que fue Brasil 82, se inició el fin de Brasil, que 24 años más tarde, toda una generación, nos ha conducido a este humillante Brasil 1 - Alemania 7.

Lo de toda una generación no lo he dicho por decir, y a lo largo de artículo me explicaré.

Como empezó todo.


Sobre todo pensando en los más jóvenes, y también en los menos futboleros, debemos empezar por el principio. Tenemos que remontarnos hasta 1982. Estamos en España, en el mundial celebrado en nuestro país. Brasil presenta una selección como pocas veces se ha visto, al nivel de la del 70, o incluso mejor. Jugadores como Junior, Sócrates, Zico, Falcao, Toninho Cerezo...un centro del campo de ensueño, unos defensas que la sabían sacar jugada...y un delantero que no estaba al nivel ni de lejos...pero ese es otro cantar.

Brasil parecía claro candidato al título. Jugaba bien y ganaba, con alguna ayudita, como contra la URSS en su primer partido, pero ganaba, marcaba goles y daba espectáculo. En este mundial no había ronda de octavos, sino otro grupo de 3 equipos, por tanto cada equipo jugaba dos partidos, y se clasificaba para la semifinal directamente el mejor.

En el último partido de su grupo, Brasil jugaba contra Italia. A Brasil, por los resultados anteriores, le bastaba el empate, pues iba primera de grupo, aunque con los mismos puntos que Italia. A Italia, por tanto, solo le valía la victoria. Fué un buen partido, con una buena Italia, nada de esa Italia ramplona que se nos viene a la mente. Brasil atacaba e Italia también. Con el 1-1 y con el 2-2 Brasil no supo templar el partido. Seguían buscando la victoria, y lo que llegó fue un gol más de Rossi que clasificó a Italia para la semifinal.

Esa derrota hizo mucho daño en Brasil. Se empezaron a replantear muchas cosas. Empezaron las dudas. Sin embargo, para el mundial de 1986 repitierono entrenador, Tele Santana, que basicamente apostó por los mismos tipos de jugadores, aunque ya no eran tan brillantes como 4 años antes.

En ese mundial quedaron finalmente 5º, cayendo en cuartos ante una gran Francia. Ese 5º puesto parece que no fue suficiente, y se iniciaron los cambios en la selección brasileña. Se apostó por un técnico de corte más defensivo, más "europeo" como se decía entonces, como Sebastiao Lazaroni, pensando que lo que se necesitaba era más defensa, más brega, más lucha, y en parte, llevaban razón.

El inicio del fin.


Este esquema de Brasil en el mundial de Italia de 1990 lo ilustra todo.

Esquema de Brasil en Italia 90



En algún momento que no logró recordar Brasil apostó por jugar con defensa de 5, dos centrales y un libre. En ese momentó se sentaron las bases de este desastre de hoy, 24 años después. Por medio han ganado 2 mundiales y perdido otro en la final, pero el inexorable paso del tiempo ha puesto las cosas en su sitio. Me explico.

Tras el fiasco del 82 y el 86, sobre todo del 82, Brasil empieza a replantearse demasiadas cosas. Creen que para volver a ganar tienen que apostar por un juego más "europeo", entendiendo por europeo un juego más defensivo. Es evidente que algo de razón tenían. Ese mágico equipo del 82 cayó ante un buen equipo de Italia. El mágico equipo del 70, si hubieran jugado los mismos 4 años más tarde, en 1974, seguramente no hubieran llegado ni a semifinales. El fútbol había cambiado. Ya no bastaba con ser mejor para ganar, había que correr más y defender más. Y Brasil se puso a ello. En este primer mundial de experimentación, en Italia 90 Brasil apostó por un equipo más defensivo, con 5 defensas y gente como Dunga en el centro. Resultado, no ganaron, cayeron en octavos ante un equipo que sí sabía hacer muy bien (Argentina) e hicieron algo el ridículo. Pero insaquibles al desaliento, siguieron experimentando, pensando que eso era mejor que jugar bien y perder.

Y así empezaron a ganar.


Pero hete aquí, que para el mundial de Estados Unidos 1994 se junta una muy buena generación, sobre todo dos delanteros muy buenos, y algún que otro jugador de creación fuerte y con calidad. ¿Para qué quieres más? Brasil ganó el mundial de 1994 con un fútbol normalito, pero claro, arriba tenían dinamita. Romario y Bebeto, bien surtidos de balones por Mauro Silva y, cuando jugaba, Raí. Un equipo que contaba con músculo y defensa, pero también con talento. Ahí estaban cracks mundiales como los antes nombrados, u otros como Leonardo o Mazinho, que apenas jugaron, además de un jovencísimo Ronaldo que no llegó  a jugar ni un minuto.

La excusa estaba servida, Brasil había ganado a la europea. Ya teníamos equipos defensivos durante varios años. Sí, Brasil había ganado a la europea, pero porque arriba tenían mucho talento. Un delantero asesino como Romario, otro con más movilidad y menos fama pero igual de bueno como Bebeto, la fuerza y la calida de Mauro Silva, y los aportes que daban de vez en cuando gente como Raí o Leonardo.

Pero nadie reparó en esa parte, en la de la calidad. Durante años Brasil apostó más por la fuerza y la defensa que por la calidad, y así, poco a poco, año a año, como sin darnos cuenta, empezamos a ver jugadores brasileños como Emerson llegar cada vez con más asiduidad.

De la inagotable cantera brasileña empezaron a salir cada vez más jugadores de ese tipo, y a salir cada vez menos jugadores como Zico o Sócrates. Los últimos grandes delanteros brasileños se forjaron antes de esa época, Rivaldo, Ronaldo, Romario...incluso Adriano...Todos crecen antes de esa época que va del 94 al 2002. En esos 12 años Brasil tira de las reservas de cracks, pero creando cada vez menos jugadores de talla mundial.

El peso de la edad.


De repente, tras un mundial de 2002 en el que se juntan jugadores como Ronaldo, Rivaldo y Ronaldinhho, prácticamente tres generaciones de futbolistas, la magia desaparece. La fuente de talento se empieza a secar. Durante esos 12 años Brasil se cree su mentira. Que basta sólo con apostar por la defensa y la fuerza. El talento da igual, porque lo dan por hecho o porque no les importa. Y cada vez se crean menos jugadores de ese corte. Y así, año tras año, se va consumando el desatre.

En Alemania 2006 el once tipo de Brasil era: Dida; Cafú, Juan, Lucio, Roberto Carlos; Emerson; Kaká, Zé Roberto; Adriano, Ronaldo, Ronaldinho. Una lista de nombres que puede llevar a engaño. ¿Si analizamos friamente que vemos?, defensa y ataque, sin transición, sin centro del campo que sepa mover el balón. Vemos muchos delanteros, sí, Kaká, Zé Roberto, Ronaldo... todos son hombres de ataque o muy ofensivos, pero el encargado de surtirlos de balones es Emerson....

¿Veís a donde quiero llegar? El camino iniciado en 1990 empezaba a mostrarse claro y nítido. Del centro del campo del 82 con Sócrates, Zico, Falcao y Cerezo pasamos a uno con Emerson. Fuerza, defensa y transiciones rápidas. En eso se estaba convitiendo el juego de Brasil. Además, no nos engañemos, ese Brasil del 2006 tenía más nombres que juego. Ronaldo ya no estaba en su mejor momento. Ronaldinho estaba empezando a jubilarse ya, Adriando con sus líos mentales...el único que estaba a buen nivel en ese 2006 era Kaká.

Como al final cayeron ante cuartos ante Francia por los pelos, parece ser que pensaron que no pasaba nada, que así ganamos en 2002, así que por un pequeño bache en 2006 no vamos a cambiar ahora, así que redoblaron la apuesta para 2010. Para este mundial de 2010 la cosa fue a peor, mucho a peor.

De la mano de Dunga, el equipo era una fiel imagen de lo que fue este tipo como jugador. Fuerza, leña, defensa, pases rápidos para arriba y a ver si los delanteros pillan una. Lo que ocurre es que ya se estaban acabando los buenos jugadores. Tras varios años fomentando la mediocridad, esta empezaba a dar sus frutos, el único delantero medianamente bueno era Luis Fabiano, que tampoco es que fuera Pelé. Tan sólo Kaká, lesionado, como se supo después, y pasando de todo, y Robinho, aportaban algo de talento. El resto, los Felipes Melos de turno. Mucha leña, mucha fuerza, mucha garra, y patapum parriba a ver si pillamos alguna.

Así les valió hasta cuartos, hasta que pillaron un rival más serio. Ante Holanda mostraron todas sus carencias. Se adelantó Brasil, empató Holanda, y Brasil se desnudó. Un equipo pensado para ir ganando porque sí, se encontró con que tenía que volver a adelantarse. Caos. Además poco más tarde Holanda puso el definitivo 2-1. Ahora Brasil tenía que atacar ¡ATACAR! si ya no se acordaban de como se hacía eso. No tenían ni jugadores ni mentalidad. Muchos de los jugadores que estaban en la selección, por no decir todos, habían empezado a jugar al fútbol bajo la nueva mentalidad brasilera de "sobre todo músculo". En 2010 hacía ya 16 años de la victoria del 94, 20 desde que se cambiara el chip en Italia 90. Toda una generación.

Para 2014, y con la presión de ganar el mundial en su casa, volvieron a apostar por lo mismo. Manu militari, un ejército de jugadores-soldados que dieran su vida por la causa. Lo triste es que no había mucho más. 24 años fomentando el músculo y la defensa, y arrinconando el talento habían secado la cantera brasileña. Ahora encontramos a muchos Paulinhos, a muchos Luiz Adrianos, pero no encontramos apenas a tipos como Oscar, Neymar o Lucas Moura. Ahora un brasileño defensivo es más común que un brasileño talentoso. Sirva esta humillante derrota ante Alemania (válgame dios, que Alemania esté para salvar el fútbol) para que en Brasil se destierre a Dunga, Parreira y Scolari, y se apueste otra vez por la gente como Tele Santana y Sócrates: "¿perdimos? peor para el fútbol" que dijo el doctor Sócrates tras  perder ante Italia en 1982.

Italia Brasil 1982



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